La filosofía para crear este vino es utilizar la antigua tradición y saber hacer de los ancianos viticultores de la tierra del Montsant. Es una selección de viñedos muy viejos, plantados entre los años 1930 y 1940, llenos de valor, fuerza y coraje que producen un fruto escaso, de 500 a 900 gramos por cepa, aunque lleno de expresión y singularidad.
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